Uno
de los problemas de visión que más tratamos en nuestro centro de oftalmología es la operación de glaucoma en Asturias. Un problema del que ya hemos hablado en algunos artículos
anteriores y sobre el que también volveremos en el futuro pues es conveniente
recordar que se trata de la segunda causa originaria de la ceguera en nuestro
país, después de la diabetes.
Uno de los graves inconvenientes a los que deben enfrentarse los especialistas
de nuestro centro de cirugía láser es que, durante sus primeros estadios, los afectados
por el glaucoma no presentan síntomas. Tan solo, un aumento algo desproporcionado
de la presión intraocular. Solo a medida que la enfermedad va avanzando es
cuando el paciente nota una cierta pérdida de visión y la opción más válida es la operación de glaucoma en Asturias.
A medida que la enfermedad va avanzando, en la visión del paciente se pueden
crear puntos ciegos en la visión periférica, en los laterales de la visión,
pero estos puntos pueden pasar desapercibidos hasta que los daños del nervio
óptico sean importantes. La gran mayoría de los pacientes aquejados de glaucoma
no acude a la consulta de un especialista hasta que su visión se reduce hasta
tener la impresión de estar viendo a través de un tubo. Otros pacientes manifiestan
que ven las figuras rodeadas de un halo irisado. En cualquier caso, las
manifestaciones en la visión son indicativas de que el nervio óptico ya ha sido
dañado.
Existe, sin embargo, una posibilidad para que el médico pueda diagnosticar el
problema en las primeras fases de su evolución, cuando aún no hay síntomas
notorios. Esta posibilidad pasa por las revisiones periódicas de la presión
intraocular para, ante valores más altos de los normales, realizar un
reconocimiento exhaustivo de la mano del Dr. Alfonso Piñero.